Muchas son las veces en las que alguien cercano a nosotros llora, como señal de tristeza, y sin darnos cuenta a nuestro cuerpo le invade el miedo por ver a esta persona llorar.

Con la mejor de las intenciones, solemos decirle que «no llore», intentamos que desconecte, que cambie el foco de atención, que olvide el tema o incluso que expresa drásticamente otra emoción como la alegría.

Pero ¿qué tiene de malo llorar? ¿Por qué nos bloqueamos tanto e intentamos por todos los medios que la persona deje de hacerlo? Respecto a este tema hay mil y una teorías, maneras de pensar y creencias, así que dejando ese tema de lado os dejamos alternativas a la mítica frase «no llores», para que la persona vea que estamos a su lado, que le acompañamos.

– Saldremos juntas de esto
– Desahogate, llora todo lo que necesites, llorar ayuda.
– Lamento que te sientas así..
– Lo que está sintiendo está bien, no te culpabilices.
– Tranquilo, no me voy a ir
– Yo también lloraría, también me sentiría como tú
– Estoy contigo, me importas.
– Estas pasando un momento muy difícil, estoy aquí contigo.
….

Pero… no todo es hablar

Ofrécele un abrazo, siéntate a su lado, comparte tus sentimiento de afecto, ofrecedle agua, acompáñale a un sitio donde pueda desahogarse con más calma, etc.