Felicidad, estado de ánimo que caracteriza a las familias tras la llegada de un bebé. Pero esa felicidad viene en ocasiones acompañada de dudas, preocupaciones, nervios, cansancio… Allá donde vamos, conferencias, reuniones, charlas para la preparación al parto o post-parto solemos oír que la mamá necesita calma para atender a su bebé, pero… ¿Por qué?.
La mamá y el bebé comienzan tras el parto una nueva andadura, lo que se conoce como la diada, en la cual comparten territorio emocional. Por ello es necesario que la mamá aprenda de este contacto, pero también es de vital importancia que personas cercanas como el papá (o familia y amigos) le apoyen.
«No hay fronteras entre el campo emocional de la madre y el campo emocional del niño, es decir, la madre siente todas las sensaciones del bebé como propias y el bebé también siente las vivencias de la madre como suyas». Gutman, 2010.
Gutman, fundadora del instituto de crianza nos explica con esta frase porqué una madre es capaz de despertarse pocos segundos antes de que lo haga su bebé, o porque si la mamá está nerviosa, el bebé también lo está.
